Que valor tiene una vida,
como se puede medir,
que valor tiene una herida,
que valor tiene sufrir.

Cuanto cuesta ser persona,
cuanto cuesta ser feliz,
cuanto cuesta ser querido,
y cuanto cuesta morir.

¿Por qué siempre es el estrecho,
el que marca aquí el destino?
¿por qué siega nuestras vidas,
sin apenas darle aprecio?.

Aquí el estrecho es el juez,
dicta sentencia a su antojo,
¿por qué la gente lo ignora?,
¿por qué no abren los ojos?.

No permitáis que la vida
se convierta en una pena,
no consintais que se pierda
así, casi por las buenas.

Abrid los ojos del alma,
poned manos a la obra,
que el estrecho no es un juego
ni la vida es una broma.