Hoy quiero contarte un cuento
de una muchacha sencilla
y un poeta soñador
del destino, la fortuna
y el azar que los unió.

Erase una vez un joven
viviendo tranquilamente
una vida muy sencilla
con entusiasmo y con suerte.

No estaba buscando
nada pues tenia lo mejor
pero el destino, a una niña
entrelazo el corazón.

El chico no lo creía
y la chica alucino
¡esto no es casualidad!
¡esto alguien lo preparo!.

No creo sin conocernos
tanta compenetración
se hablaron durante
días cada día era mejor.

Pero un día sin motivo
ella desapareció
el chico no lo entendía
¿porque desapareció?.

¿Cual habrá sido el motivo?
¿en que habré pecado yo?
todo era tan bonito
tanta era la ilusión.

Tenían los mismos gustos
reían juntos los dos
una pareja perfecta
parecían, pero no.

El destino los unió
y el mismo los separo.

La muchacha no lloraba
pensaba ¡esto será lo mejor!
si el destino lo ha querido
tendrá toda la razón.

Pero el chico angustiado
lloraba sin compasión
¿donde esta mi princesita?
¿quien fue el que me la quito?

A la orilla de la playa
lloraba sin comprensión
aquí yo la conocí
y aquí a mi se me escapo.

Pasaba toda la noche
en la orilla con tesón
esperando a esa chiquilla
que el aire se la llevo.

Yo te quiero todavía
le gritaba sin parar
hasta que tu no regreses
yo no pienso descansar.

Llorando esta todavía
a la orilla de la playa
de la niña de sus ojos
nunca mas se supo nada.

Que mal se porto el destino
con esta pareja humana
los unió y los separo
en apenas tres semanas.

Que caprichoso que es
el destino algunas veces
no hagas esto nunca mas
al que no se lo merece.